“que me sentencien a muerte”
sábado, diciembre 19, 2009
martes, noviembre 17, 2009
esos hijos…
Infames los hombres qué hablando con soltura engañan sin vergüenza.
De todos los colores son esos hombres. En todas las posturas ellos se guardan, de todas las corrientes dicen ser. Ellos han hecho de la República un mal sueño, una pesadilla, han hecho del Estado su negocio, han hecho del Estado una mina y un verdugo.
Guardemos sus nombres para siempre en nuestra memoria, recordemos sus apellidos y sus rostros, porque cuando venga la Hora Grande, cuando el Medio Día de nuestra infausta nación comience ellos serán los primeros en salir corriendo. Se volverán nobles y santos, y hablaran cosas hermosas y renegarán de su antigua casta. Pelearan con nosotros y dirán que han dado la sangre de sus hijos por nuestra causa. Nada será cierto.
Por eso recordemos sus nombres y sus familias. Para que nuestros actuales verdugos no sean nuestros gloriosos libertadores. Señalémonos, marquémoslos en nuestras memorias, porque ellos nos han engañado, nos han mentido y humillado… Ellos nos han hecho a su imagen y semejanza… pedestres ciudadanos y pedestres representantes.
Y no es que quiera la sangre suya en mis manos, en nuestras manos, sino que quiero que nada de ellos se nos olvide, porque ellos nos olvidaron siempre, en sus firmas y convenios, en sus sueldos y decisiones, nos olvidaron siempre.
Nada rencoroso soy, simple justicia, sencilla, humilde, básica. Caros nos han salidos nuestros grandiosos estadistas, caros sus hijos y sus nietos. Caro les saldrá el perdón a sus hijos, a sus nietos.
La República olvidaron, y la República no los olvidará, grandiosa madre que nada olvida y justo pago les dará a sus ignominiosos hijos.
lunes, octubre 12, 2009
Sobre la Justa Indignación y los nuevos “años furiosos”… [primera parte]
Hay una diferencia insalvable entre los “revolucionarios” o “detractores” del sistema con lo que yo me considero. Yo no soy un revolucionario en el sentido actual y más vulgar, no comulgo con el "Che” ni con Fidel, creo en el Estado como forma ideal y única en la cual el “zoon politikon” puede desarrollar todo su potencial; a razón, ser el mejor de los animales.
Tampoco soy un “autoritario” seguidor de dictadores o fiel creedor de los gobiernos y sus instituciones, el liberalismo me parece pavoroso en su extremis, y no soy amante del libre mercado; no soy activista en ningún tipo de asociación ni mucho menos militante de ninguna ideología.
Soy un “denunciador” de los tiempos que ahora me tienen, denunció la injusticia de los tibios, la de los tricolores y la de los rojos… denunció la complacencia de mi casta, lo insufrible de mi Iglesia y la ignorancia de mi pueblo.
Así, denunciando he vivido indignado. Los pocos años que guardo se han ido pensando que un mejor lugar pudo haber sido posible, que si quizá, hace años, cientos de años ellos se hubieran puesto de acuerdo ahora nosotros no estaríamos así.
No evito el dolor de ver los ojos perdidos de la mujer golpeada por la pobreza, no evado el grito ahogado del futuro coartado del niño limosnero. La vida se presenta de muchas formas y las más intensas son las que más duelen, ¿acaso en sus vidas lastimeras la vida misma se supera?
Otros lugares mejores donde egoístamente yo estaría también, otros lugares sin la pobreza de los pobres, sin el dolor de las madres sin hijos, sin la angustia de los angustiados, de los perseguidos. Lugares justos donde la indignación no sea más que un mito, un mal sueño soñado por los viejos de los pueblos, que hablaban de esas “cosas malas” que a los hombres perseguían, de ese “mal de ojo” conjurado por los hombres libres de tiempos remotos que decidieron ser justos.
Pero esos lugares no son. La injusticia enseñoreada enloquece a los espíritus más nobles, indignados, caen ante el peso de una realidad que les azota. Y esa, que es la más grande injusticia, es la que mas denuncio. NI la pobreza de los pobres y la riqueza de los ricos, mi denuncia va por el asesinato de los justos.
La justicia no me pertenece. Le pertenece a otros y esos otros entregados al libertinaje y a la barbarie la convierten en la prostituta del sistema, en la “vendida” al mejor postor. Y la sangre de los inocentes se le sirve a la “gran ramera” y se embriaga con ella. Y los ministros le hacen fiesta y le tiran dadivas conseguidas en el “mercado” de las corruptelas. Nadie y todos tienen a la justicia. Bendita ella que juzga a los injustos y entierra a los justos. Bendita la tierra que la vio coronarse porque ella beberá su sangre.
Me siento en la sombra de un árbol. Siento el aire correr y no escucho más que el silencio de un jardín enterrado en medio de la ciudad. Recapitulo lo pensado, siento el dolor del humano sobajado, amenazado, desesperado… Sigo pensando y llego a México, con sus hombrecitos con gran poder, con sus pobres que son millones, con su lamentos que son aún más… Llego a México y veo lo que pasa…
Me siento indignado. Y es justa mi indignación.
jueves, octubre 01, 2009
dos postes!
Eran dos postes, uno en cada extremo del puente. Como dioses, en medio y en el centro, vulgares y solitarios se erigen como para recordarnos lo mediocre y pedestre de nuestro gobierno, de nuestra sociedad.
Puente con tubos color naranja, con lámparas baratas y con un camellón decorado con masetas, patéticas masetas. Oaxaca, la hermosa Antequera de antaño así celebra a sus héroes, con tubos y masetas.
Antes, en el camino hacia la ciudad de México, hacia Pueblo Nuevo los cerros se llenan de casuchas, mientras más “desterrados” se hacinan en los viejos cerros, abajo el flamante presidente municipal de la capital celebra con “equipo de sonido” la introducción del drenaje en aquellas casas más viejas, mucho más grises… 10 años de retraso; docenas de personas son parte de sequito oficial, atrás, donde las sombrillas empiezan a pintarse y a despintarse están las vecinas, felices, emocionadas de sentir el poder tan cerca. Se les escucha.
Las casuchas serpentean hacia arriba, como queriendo alcanzar el cielo, buscando la esperanza de que ellos, que son pobres, entrarán primero al paraíso. Así Oaxaca estira sus pobres, sus paupérrimos brazos hacia arriba, queriendo abrazar al cielo…
Sigo mi camino… 200 años de independencia, 200 años y no podemos superarnos como raza, ahí otro ilustre oaxaqueño que no revolucionario quiso encontrar el futuro de la humanidad, error pensar que nosotros lo haríamos, ¿cómo? ¿Quién se sacrificaría?
Por eso me encierro en casa, en el jardín que ahora tanto cuido, porque la ciudad, el país, se caen y la insoportable impotencia no deja de molestarme. La justa indignación de mi casta ya no es suficiente. O les grito o callo en la complacencia de la sombra de mis árboles.
Callaré.
La ciudad es ruidosa, con prisa, sin tiempo de ver que los árboles se secan, que las calles se marchitan, que los rostros son cada ves más grises. Se construyen mercados en los pasos peatonales y nos encerramos en nuestros autos. El ruido del vecino nos ensordece, nos enmudece.
Antequera la verde se desmorona entre mis manos, me enclaustro en el silencio de la casa, me quedo en silencio, enmudecido, ensombrecido… La justa indignación no es suficiente ya en esta ciudad.
viernes, julio 31, 2009
Primera denuncia [sin afán de hacer una lista]
—Estoy comenzando a pensar en la forma de no convertirme en la quimera de mis tiempos.
—¿Perdón?
Tiempos innobles, indecentes y ruidosos. Tiempos como todos los tiempos, como cada tiempo como siempre en el tiempo. Nada se ha mantenido inerte pero la inmundicia de la condición humana es atemporal, es infame, insana; lo humano nos abarca, nos encierra, nos determina.
Carisias de la filosa razón nos atormentan, infamias de la cómoda religión nos enfrentan, así la verdad que nos explica insana se guarda detrás de nuestros ojos, se pierde enfrente de nuestros cuellos. No tenemos nada más de lo humano que nos forma, de lo humano que nos desfonda.
Entreguémonos a la desdicha imperante de los tiempos furiosos, crucifiquémonos y seamos el escándalo paulino sin posibilidad de sacrificio, de redención.
Muramos en la oscura China, desangrémonos en la sangrante Irán, liberados marchemos en la puritana Norte América, edifiquemos sobre cadáveres en la Ciudad Santa, seamos santos mártires en la negra África... Seamos en nuestros tiempos el grito, la nausea, el vomito, seamos humanos hasta el absurdo.
Seamos puristas en la Bolivia de Evo, en la Alemania de Merkel, en la España de Zapatero… Seamos humanos hasta el hartazgo y denunciemos el buen juicio, la justa moral y la justa indignación. Quedémonos con la temeridad de nuestros “buenos” tiempos, con la lucha de los pobres y la avaricia de los ricos…
Seamos sordos, sordos, sordos, mudemos de piel y gozosos alabemos a todos los dioses, a todas las vírgenes. Alabemos a la humanidad vuelta ídolo, convertida en Dios… Alabemos la podredumbre de todos nuestros tiempos, de todas nuestras eras, enfrentemos a los denunciadores y gritémosles ¡Infames!
Lacerantes son a la humanidad los hombres que no sufren el ser hombres.
¿Qué saben los sabios de lo humano? ¿qué saben ellos de lo que no tienen…? Denunciadores de la condición humana, esperanzados en una quimera esperan el cambio de lo que no puede cambiar. Pecado más grande comete quien pide al manco que coja sus harapos que el manco mismo al no saber que coger.
Encerrados estamos en nuestra condición; escarpar del “odio que nos carcome”, del “amor que nos asesina” sólo son falacias de los hombres necios; la contradictoria humanidad nos sujeta desde dentro… muramos y seremos libres, acaso, es la última esperanza que nos queda.
domingo, julio 05, 2009
anular…
Escapando a cualquier forma de campaña pro anulación del voto expongo mis razones en virtud de que el solo escuchar los ditirambos de los grandiosos demócratas no pude menos que decir “anulemos”.
Porque anular significa no estar de acuerdo en lo que nos ofrecen, en lo que piensan esos indecorosos gobernantes necesitamos.
Porque anular es la más loable de las posturas, no es un cheque en blanco, es el único insulto que me permite el sistema darle a sus integrantes.
Porque es justo decirles que su democracia no es suficiente, que su democracia nos está matando, asfixiando, desesperando.
Porque los partidos políticos no representan nada, ni a mi ni a mi vecino, mucho menos al indígena zapoteco o al parado en Tijuana.
Porque la clase política nos ha mentido cínica y desvergonzadamente y nadie ha hecho nada por hacer justicia.
Porque el sistema electoral no nos funciona en lo particular y el sistema político en lo general.
Porque es una infamia tener a esos representantes.
Porque los partidos nos han decepcionado.
Porque sus boletas electorales no le dan de comer a los millones que viven en pobreza extrema.
Porque es sedicioso que nos intimiden con el miedo, porque es pernicioso que nos hagan pensar que no hay otros caminos.
Porque la democracia partidista nos está matando, dividiendo, enfrentando.
Porque prefiero anular mi voto a ser cómplice de esos delincuentes, de esos asesinos de mi raza, de mi pueblo, porque prefiero escupirles en la cara a darles mi consentimiento.
Porque la democracia miente, pues no somos iguales, ya que yo no soy igual a esos infames vende patrias, pedestres, ignominiosos, charlatanes, grotescos, granujas, ignorantes políticos mexicanos.
ANULAR
miércoles, julio 01, 2009
Un pueblo roto…
“Ayer vi a un hombre roto, tenía una sonrisa en los labios”
“Allah u Akbar” (Alá es grande) Así reza el llanto de un pueblo cercano a Dios. Así establece el pueblo iraní la superioridad de Dios en todos los estadios de la sociedad y el orden, nadie sobre Alá, ni el primer ministro ni el Ayatola, ni el Supremo Poder ni el congreso, nadie encima de él el más grande.
Raza antigua, de ojos profundos y dolor anciano, raza combativa que ha lanzado a sus más encumbrados hombres a la tiranía del exilio y el olvido… pueblo antiguo que no teme ni al sacrificio ni a los tiranos,todos caen, todos pasan, ellos lo saben, lo único eterno es Dios.
Imaginemos a ese pueblo lleno de hombres rotos desde dentro, desde ese lugar extraño en el corazón humano donde se guarda la esperanza de cambio, de un lugar mejor, de justicia. Imaginemos a esos hombres rotos que marchan juntos y juntos se quieren reparar. Expiarse de los demonios de la desesperanza y de la mediocridad. Expiarse de la cabeza el engaño y la mentira y dejarlo votado en la calle, en la sangre en la banqueta, en los gritos de todos pidiendo lo que se les perdió días atrás, en una noche, en unas elecciones.
Los rostros esperanzados y también indignados se enmarcan con el color verde de la esperanza… verde que terminará en estéril, que se hará nada ante al sistema que no quiere reinventarse, crecer, adaptarse a las nuevas ideas y nuevas posturas. La revolución iraní, que tomó los ideales y sentimientos del pueblo agobiado derrocó al tirano y se alzó en el gobierno y se hizo del poder… formo algo nuevo, donde religión y Estado se volvieron uno solo y el cesar fue representante de Dios y el Dios se volvió Estado.
Irán tendrá que seguir adelante, y la revolución seguirá con ellos y matará a los hijos que no entiendan que la madre de todos ellos no es otra que la Santa Revolución y que pobre de aquel que alce su dedo contra ella, con el Estado su hijo y contra los Ayatolas sus guardianes. Pobres hijos de una madres desventurada, pobres hijos de una madre en decadencia…
Por eso el rezo de las mujeres y los hombres, por eso el luto de sus miradas, el luto de sus ojos negros, por eso levantan sus manos al cielo y piden por Alá al atardecer.
“Allah u Akbar”
“Allah u Akbar”
“Allah u Akbar”
jueves, junio 11, 2009
¡No sé nada!
En mi familia no es fácil hablar de política. Tampoco es difícil pues son buenos entendedores pero no muy buenos observadores, y no digo que mi “visión” de la misma sea la Verdad pero sí me permito ver desde distintos puntos y llegar por esas suertes al punto más cercano a la verdad de lo que sucede. Espero.
Acaso las discusiones no duran lo suficiente. Hablando de Calderón menciono que yo no puedo confiar en un hombre que firmó la aplicación del FOBAPROA, y en estos tiempos donde ese pequeño hombre se eleva como “salvador” no sólo de nuestra desventurada nación sino del mundo entero afirmo que no mata un virus de gripe sino mata la pobreza; pobreza extendida por un cobro injusto al pueblo mexicano a razón, lo antes mencionado.
Mi madre no dice nada. Calla otorgando pero se le queda algo entre la garganta, algo que puede ser la necesidad de creer, de pensar que el hombre que parece y aparece como fuerte luchador contra el furibundo crimen organizado no es lo que digo, que miento.
¡Vende Patrias! Y no es otra cosa, insulso político de poca monta. Salta mi padre y menciona pecados y pecadores del pasado, pero no hay argumento en contra de los míos. ¿Cómo defender al Presidente?
Mi padre me habla sobre los flamantes “empresarios” mexicanos. ¡Ladrones todos! Desde el gran Slim hasta la señora Aramburuzavala. Infames. Mercaderes nunca empresarios. Y los veo y me ven y piensan que su hijo se perdió en caminos exóticos donde el Che es héroe.
Hablar de política es difícil y no sólo con mis padres, con todos. Saber que es lo que pasa no es sencillo, es imposible.
Me quedo como siempre con actitud socrática, menciono lo muy poco que sé y espero que me ilustren, pero no hay argumentos que “despejen” la oscura verdad de la política mexicana.
Sólo sé que no sé nada.
jueves, mayo 28, 2009
jueves, abril 02, 2009
¡Todos los nombres! ¡Todos los hombres!
Infames, imberbes, ruines, pérfidos, ignorantes, innobles, desalmados, inmorales, groseros, viles, irrespetuosos, indómitos, desgraciados, barbaros, ladrones, malvados, salvajes, abyectos, ladinos, ignominiosos, bribones, canallas, perversos, ladinos, despreciables, rufianes, truhanes, granujas…
Así me canso de nombrarlos, de recordarlos en mi memoria y en mi boca. Así los describo, los creo, los formo, dándoles adjetivos les hago presa de mi boca y conciencia, los nombro al verlos, les pienso desdichados, les veo indiferentes, indignos, insoportables…
Así les grito pero nada entienden ¡Nada! y me desgarro la garganta y las ideas pensándolos, haciéndolos, viviéndolos para tenerlos dentro, para saber qué pasa, a qué se debe su existencia, su lucha, su rabia vuelta marcha, vuelta robo, su existencia vuelta calvario, su persona convertida en muerte.
Su ditirambo a la ignorancia es un absurdo.
Un absurdo que yo lo vuelvo letra.
Ellos, sordos a los gritos no entienden lo que hacen, no saben lo que su acción hace, lo que su boca dice, no saben; que se les perdone pues no saben, que se les celebre en todos los estadios de la ignominia; que los “buenos” de todos los bandos los alaben, que se celebre a los “grandes” ya adjetivados, ya nombrados.
Gritemos todos sus nombres. A todos los hombres. Y continuemos con el gran teatro donde el rico y el mendigo son parte de la misma mierda.
Aplaudamos fuerte, gritemos sus nombres a todos los hombres, tarareamos sus victorias, pues todos tiene cabida en el largo, angustioso y cómodo camino a la perdición.
miércoles, marzo 18, 2009
Sobre México I
¡¡No!!
Así te lo he dicho mil veces. Te lo digo ahora y no callas, aún no le encuentras el gusto a quedarte callado.
¿Acaso a nuestros flamantes e infames políticos no les preocupa el castigo que puedan recibir? Pero es que el cinismo es demasiado, es descarado, incontrolado, enfermo.
Dónde dejamos los sueños de Rousseau, Montesquie, Hobbes, no digamos Platón y Aristóteles ¿dónde quedó la justicia? ¿Dónde está Rawls? ¿y Russell? ¿dónde está la justicia y porque no viene y nos aleja de los desalmados? Siquiera la idea, ¿dónde está? que se me pierde en estos momentos. ¿Por qué se pierde, por qué se escapa ahora que tanta necesidad provoca su ausencia?
Veo la condición de mi país y veo nuestro futuro, y no es bueno ¡por Dios que no es bueno! Seguiremos igual que ahora, esperando que llegue el gran dios y nos penetre y seamos uno por fin. Esperando que llegue el gran “reivindicador” de nuestra raza y nos llene de gloria por todos los tiempos. Esperamos la gloria que vendrá.
Y mientras tanto nos jodemos al de abajo, y al de a lado y al del otro lado, en fin, a todos. Porque podemos, porque somos muy “chingones” y porque “sí se puede”.
Se puede. Sé que se puede, pero ahora mismo y en cien años no se podrá. No, y gracias a todos nuestros ancestros que no se podrá. Y no pasará nada porque nos mal educaron y aprendimos bien. Porque olvidamos lo bueno y recordamos lo malo.
Porque nuestra mente perversa y perezosa nos ha jugado un mal chiste, una mala pasada, que nos hace recordar lo que no debiera y olvidar lo que tampoco debiéramos. Así…
Recordamos guerras pasadas en tiempos pasados, guerras santas muy viejas que ya debimos olvidar por el bien de los bandos. Recordamos la sangre de los justos que fue derramada y en ese recuerdo asesinamos a los nuestros. Que vivan los ancestros aunque nuestros hermanos ahora mismo fallezcan por un odio ya rancio.
Olvidamos que hace no mucho tiempo dejamos que nuestros dioses se convirtieran en demonios, que sus enormes bendiciones se transformaran en infames acciones, permitimos que esos demonios insensatos convirtieran a nuestras mujeres en putas y que las tierras santas se convirtieran en baratos burdeles, permitimos que nuestra madre fuese lapidada por ser una “cualquiera” y corrimos para siempre a nuestros padres de nuestro recuerdo y memoria, olvidamos que después de la masacre los vivos juntaron “padre” y “madre” y nos dieron una nueva fe. Olvidamos nuestro origen.
Recordamos que un día nos dijimos libres y fuimos libres. Recordamos a todos nuestros héroes y celebramos sus victorias enormes y sus grandes obras. Recordamos que todos fueron buenos y que lucharon y murieron por hacer de nuestra noble nación la más libre de todas. Hombres casi dioses. Eso recordamos.
Olvidamos que hace poco nos levantamos contra la tiranía de otro pueblo sobre la que en Cádiz se formo como la gloriosa ciudadanía hispana, nos levantamos por una idea donde el Rey fue nuestro lema. Olvidamos que fuimos libres porque así lo quisieron los oligarcas viejos de la Nueva España los mismos que fueron después de una firma los oligarcas nuevos de México.
Recordamos que perdimos dolorosamente territorios deshabitados y que tras invasión injusta nuestros dolorosos héroes firmaron los infames tratados. Recordamos que perdimos.
Olvidamos que los que firmaron no fueron castigados. Olvidamos que olvidamos castigar a los culpables de tan recordadas páginas de la historia de México.
Recordamos que fuimos imperio y que ruin rey extranjero vino a querernos mandar. Recordamos nuestro triunfo sobre la tiranía extranjera y una sola fecha nos hace pensar que ganamos una guerra que fue ganada realmente en lobbies extranjeros.
Olvidamos que vencimos una tiranía extranjera pero perdimos contra la tiranía de los ilustres liberales. Olvidamos que los héroes se convirtieron en los verdugos y villanos de una historia donde poco importaban los “mexicanos”.
…
viernes, marzo 13, 2009
Hablando de Política … [pequeñas ideas echadas al aire*]
Cuando hablo de mi y no es raro que lo haga, me defino como una persona conservadora y con inclinaciones a la derecha. No es faltar a la verdad pero tampoco es toda la verdad.
Parece que el ser de derecha en mis círculos sociales no es lo de “hoy”, le tienen desconfianza, escarnio, mala fe e inclusive odio. Pero ¿que significa para mi ser de derecha? Hagamos una lista y definamos sabiendo lo qué no es y después si es posible lo qué es y pienso significa ser de derecha.
A) Ser de “derecha” no es pensar que “yo” soy mejor que todos y que los “jodidos” están así porque quieren.
B) Ser de “derecha” no significa que piense que el cura de mi parroquia tiene la razón.
C) Ser de “derecha” no me hace pensar que los “empresarios” son lo mejor que le ha pasado a mi país.
D) Ser de “derecha” no me resta pensamiento social.
E) Ser de “derecha” no significa que ame a los extranjeros y que odie a los nacionales.
F) Ser de “derecha” no me hace un “vende patrias”.
G) Ser de “derecha” no me convierte en imbécil.
H) Ser de “derecha” no me hace retrograda.
I) Ser de “derecha” no impide que piense que las leyes se deban cumplir para todos.
J) Y ser de “derecha” no me hace “gente bien” ni “clase mediero pretencioso”
Ahora bien, eso es lo que no soy, ahora pongamos lo que si…
A) No creo que todos seamos iguales y que merezcamos lo mismo, hay gente que merece más y gente que merece nada. Tal diferencia, considero, no viene de “cuna” sino del propio individuo.
B) Creo en los valores morales que la Iglesia propugna, si los curas no los llevan a cabo es su responsabilidad no la mía.
C) Los empresarios si no cumple con su función social que es dar empleo, y que este cumpla con lo humanamente aceptable, no veo la razón de su existencia.
D) Creo que la sociedad en un organismo vivo y funciona como tal, si una parte no está bien, eventualmente todo el organismo no estará bien.
E) Cualquier persona que aporte para el crecimiento social de mi país es bienvenido y respetado por eso.
F) Soy nacionalista. Aquellos que no funcionan al país, que no hacen lo que les corresponda para hacerlo un mejor lugar están traicionándolo.
G) Tampoco me hace sabio.
H) Sí ser retrograda es pensar en valores morales que devendrían en un mejor país, donde exista el respeto y el pluralismo, sí soy retrograda.
I) Las leyes son para todos. Sin importar si eres rico o pobre, azul o tricolor.
J) Soy “clase mediero” pero no pretencioso. Uno es lo que es. Y yo soy conservador y de derecha.
Ahora bien, como a la gente le gusta “adjetivizar” todo, pues le agregaré el progresista. Soy derecha progresista. O tengo un pensamiento social con firmes valores tradicionales. O soy un “hobbeseano” trasnochado en tiempos perdidos. O… No sé.
O simplemente “derecha” con todo lo que significa y con las acotaciones que le he hecho.
*Que no por ser echadas son perezosas.
lunes, marzo 09, 2009
Hablando de Política… [pequeñas ideas echadas al aire*]
Está en boca de todos lo del impuesto a los vehículos. Se ha dicho hasta el cansancio que es un robo a mano armada cometido por el gobierno; que México es el único país donde se cobra semejante impuesto; que afecta a la clase media ya tan golpeada por otros impuestos y se puede decir más.
Pero el hecho es que no se hará nada. El cinismo es tanto que los gobernadores priistas han dicho que si desaparece será un golpe para sus presupuestos y que los programas sociales que auspician [¿¿??] serán retirados. Claro, en estos tiempos de relativismo conceptual y moral, “programas sociales” es lo mismo que “campañas electorales”. Pero no mienten tanto esos infames de la política, los dos conceptos tienen puntos en común y hacen referencia a iguales circunstancias:
A) Los dos conceptos abarcan el reparto de bienes para la construcción y la alimentación de los menos afortunados “ciudadanos”.
B) Se invierten grandes cantidades de dinero para ayudar a los necesitados. [quiénes son los necesitados es la cuestión]
C) Se promueve la cultura democrática. Los programas sociales hacen que los que no pueden vivir vivan, es decir, amplían la población de ciudadanos. Las “campañas electorales” hacen que los que no pueden vivir no solo vivan [hasta que voten e inclusive después] sino que construyan, vistan y sobre todo voten.
D) Cierta cantidad del dinero se queda en la burocracia gubernamental.
E) Los dos conceptos hacen referencia a situaciones que le son positivas a la sociedad. Ayudan a una parte de la sociedad que no sobreviviría sola dado su contexto social. Los unos por la pobreza de sus tierras, la desigualdad de las políticas generales, la exclusión y la falta de oportunidades. Los otros por su innata inutilidad y su creciente estupidez.
En todo caso, creámoslo el dinero recaudado por los estados ayuda a dos sectores de la población que sin ese dinero morirían de hambre.
NOTA:
Claro, los sectores marginados sobrevivirían dada la grandeza de esta noble nación. Los políticos partidistas morirían sin darse cuenta de lo que pasó.
*Que no por ser echadas son perezosas.